Ir al territorio a monitorear al oso de anteojos
Realizar el monitoreo con cámaras y conocer más detalles sobre su población, estudiar su movilidad y diseñar programas para su protección.
El oso de anteojos es el ingeniero de nuestros bosques. Al dispersar semillas, dinamiza la vida vegetal y asegura la salud de los ecosistemas. Su presencia es un indicador de la vitalidad de nuestros páramos y bosques, de donde proviene el 70% del agua que consumimos. Además, es un ser sagrado para muchas comunidades indígenas, un símbolo de conexión entre el cielo y la tierra.
En WWF, en alianza con comunidades locales y entidades gubernamentales, trabajamos incansablemente para proteger al oso de anteojos. En el piedemonte amazónico de Putumayo, hemos capacitado a campesinos como promotores ambientales. Estos guardianes de la naturaleza ahora monitorean las poblaciones de osos mediante cámaras trampa, promueven en las comunidades la importancia de esta especie y colaboran en la planificación de nfraestructuras que minimicen el impacto en su hábitat
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